En el siglo XVIII, la electricidad se consideraba un fenómeno
de feria y un recurso para divertir a los invitados en las fiestas
de la Nobleza.
Eran mucho los experimentos que se realizaban para ver el
efecto de la electricidad en el cuerpo, algunos con resultados
fatales, ya que llegaban a producir la muerte del desafortunado
investigador.
Alguno de estos experimentos se cuentan en el libro de Erasto
publicado en Madrid en 1819, el mismo año en que Oersted
descubría accidentalmente la inducción de un
campo magnético por una corriente eléctrica,
el pueblo todavía intentaba asimilar el fenómeno
de la electrostática:
|
 |
"Cuando
se electriza con fuerza a un hombre aislado sobre una
torta de resina,
o de seda y se tiene agarrada la cadena que viene del
conductor, se le erizan los cabellos, y en una pieza oscura
se perciben chispillas luminosas a la extremidad de los
mismos cabellos...... ..."
"....... Teniendo en la mano un vaso de tierra, o
porcelana con agua, si en él se mete el cabo de
un alambre electrizado, y se le aplica la otra mano a
este hilo para sacar una chispa, se sentirá una
conmoción violenta en ambos brazos, en el pecho,
entrañas y todo el cuerpo...."
"Formando una cadena de cinco personas, o veinte
veces más, agarradas todas de las manos, si el
primero tiene el vaso que hemos dicho, y el último
saca la chispa del alambre electrizado, cuyo cabo esté
en el vaso, todos los que participen de esta experiencia
se resentirán de la conmoción a un mismo
tiempo..." |
|
Lo mismo puede decirse de la industria,
que hasta entonces se había mantenido al margen de estos
progresos. Con la llegada de los motores eléctricos pudo
sustituirse la forma tradicional de realizar el trabajo, mediante
tracción humana, animal o el los últimos tiempos
con máquinas de vapor, por sencillos aparatos capaces
de levantar pesos, mover máquinas etc..
El siglo XX se inauguró con una explosión
de inventos y aplicaciones que utilizaban la electricidad
como fuente de energía para su funcionamiento; electrodomésticos,
máquinas y dispositivos de todo tipo. Había
llegado la gran revolución de la electricidad y más
tarde de la electrónica que no sólo ha contribuido
al fulminante incremento de nuestro bienestar, sino a un desarrollo
vertiginoso de la tecnología en la que ahora nos encontramos
inmersos.
Para ver la importancia que la electricidad ha tenido en
la evolución y el progreso del hombre, simplemente
traten por un momento de imaginar sus vidas sin electricidad.
Piensen en un mundo sin ordenadores, lámparas, frigoríficos,
televisores, ascensores, ....
Esta enorme cantidad de aplicaciones que requiere energía
eléctrica, ha hecho que durante el siglo XX, el sector
energético sea decisivo para la economía mundial,
basta ver la crisis provocada por el petróleo en los
años ochenta y como influyó en el desarrollo
económico de los países.
Esta dependencia respecto a los países productores
de combustibles fósiles, y la limitada cantidad en
la que se encuentran en nuestro planeta, ha hecho que se busquen
otras alternativas energéticas como son las fuentes
de energía renovables, que actualmente cuentan con
muy poca producción, pero que son la esperanza para
poder mantener en el futuro el ritmo de consumo energético.
Otro aspecto que ha tomado gran relevancia en las últimas
décadas es el impacto ambiental que produce el sector
energético en la transformación de los recursos
en energía eléctrica, y que ha generado problemas
tan graves como la lluvia ácida o el efecto invernadero. |