La producción
de electricidad ha experimentado una gran evolución durante
el último siglo debido al incremento del consumo. Así,
por ejemplo, la potencia total instalada en España en
1940 era de 1.731 MW, mientras que en 1999 se alcanzaba la cifra
de 46.402 MW. Por ello, no se ha aumentado tan sólo
el número de MW producidos, sino que también
se han ampliado y modificado las fuentes de producción
de energía durante estos años. No solamente
se ha tenido en cuenta la potencia demandada, sino también
otros factores como los recursos naturales disponibles, la
eficiencia y el impacto medioambiental que producen en la
Naturaleza.
La producción de electricidad se realiza siempre
a través de una central eléctrica, una instalación
capaz de convertir la energía mecánica, obtenida
mediante otras fuentes de energía primaria, en energía
eléctrica.
El funcionamiento de una central eléctrica básicamente
responde al esquema:
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